Salimos en julio con la sugerencia de “hacer sagrado nuestro sudor” para que el fuego del calor del verano nos permitiera transformar todo lo que necesitaba de ser dejado ir en nuestra vida, es decir, para facilitar el cambio.

Sabemos muy bien cuántas vulnerabilidad se enfrenta en nosotros cuando nos damos cuenta de que tenemos que apoyar el cambio en nosotros mismos y en nuestras vidas. Ese cambio, que está en la naturaleza misma de la Vida, Vida/Muerte/Vida, que continúa avanzando, incluso cuando, tercos y asustados, nos aferramos con las uñas y los dientes con nuestras rutinas diarias, nuestros equilibrios de años y nuestras áreas de confort. Aunque sufriendo.

Los Yoes primario, según el Voice Dialogue, los comportamientos en los que estamos identificados y que nos identifican, nos aseguran y nos tranquilizan, manteniendo el statu quo, que nos preserva de la vulnerabilidad, el miedo y el riesgo de lo nuevo. Esto siempre ha sido sus papel/tarea, asegurando nos así una vida en la que podemos ser amados y recibidos, importantes para alguien, con un lugar en el mundo, aunque no es lo que queríamos en un tiempo distante.

Pero el cambio no puede detenerse, porque es la Vida misma. Es inexorable. Si no lo apoyamos, si no nos sometemos humildemente a sus leyes, nos aglomera en su progreso de muchas maneras, todas dolorosas. Enfermedades, dificultades de vivir, relaciones que, en lugar de nutrir nos, nos quitan energía, fatiga constante en la vida cotidiana, dificultades económicas, arrepentimientos, falta de amor, sensación de fracaso. En otras palabras, si no apoyamos el cambio, morimos a nosotros mismos y nos impedimos la expansión, que es la medida de la Vida vivida en pleno guiados por nuestra Unicidad personal.

El cambio es expansión. De nosotros mismos, del mundo que nos rodea, de la visión de las cosas, de las posibles respuestas a los retos de la Vida. Esas respuestas que podemos encontrar en nosotros mismos también tomándolas en aquellas áreas “no-confort”, los Yoes rechazados según el Voice Dialogue, modificando así el equilibrio ahora obsoleto y anacrónico, sostenido por el mismo miedo al cambio.
Apoyar el cambio nos asegura una vida plena, abundante y sin esfuerzo.

Nuestro Instituto HeskaiHer ha estado activo por muchos años para ayudar a las personas a acoger el cambio en sus Vidas. Este año también, hay actividades donde hay espacio sea para el miedo sea para el deseo de cambio. Porque un cambio sin abrazar su propio miedo/vulnerabilidad no puede realmente suceder. ¡Stay tuned!